La inercia social tras la búsqueda de los cuerpos de los 43 estudiantes la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014, impulsó a otras familiares de víctimas a salir del silencio y comenzar sus búsquedas en Iguala, con herramientas precarias y voluntad. Se agruparon para formar el Comité de Familiares de Víctimas de Desaparición Forzada en Iguala, también conocidos como «Los Otros Desaparecidos».
«Para que ustedes nos puedan comprender y entiendan nuestro dolor, ojalá nunca pierdan a alguien. Es algo desesperante y muy feo, nos ha cambiado nuestra manera de vivir. Ya no somos los mismos, las mismas personas que éramos antes. Parece que andamos como sonámbulos a veces, como que andamos perdidos. Como que ya no somos nosotros». Mario Vergara Hernández, quien busca a su hermano Tomás, secuestrado el 5 de julio de 2012, habla mientras familiares hacen reconocimiento en Cerro Gordo, Iguala.
«Toda esta regiones son panteones». Señala con sus manos los alrededores del cerro. Los familiares visten una playera negra con la leyenda «Te buscaré hasta encontrarte».
Así, desde octubre encontraron 45 cuerpos. Sin equipo profesional, con varillas, piedras, varas y banderines de cartulina. Y mucha voluntad. También, con poca atención de los medios.
Comenzaron a escarbar con una varilla artesanal. En uno de los extremos, una punta sirve para perforar el suelo y del otro, una manivela giratoria.
Las personas conocen el cerro y buscan irregularidades, cosas que resalten, por ejemplo, basura, restos de fogatas y montones de piedras. En donde se sospecha puede haber un cuerpo, insertan la varilla, golpeando con una piedra, entre 60 y 70 cm. En algunos casos han cavado más de metro y medio. Giran la manivela para que entre más en el suelo.
El olor de putrefacción en la punta de la varilla indica un cuerpo en descomposición. Cuando no, solo huele a tierra. Un hombre huele con atención, una dos y hasta tres veces. «Solo tierra», dice. El lugar queda marcado, para las autoridades, con una banderita de cartulina con la leyenda ‘2 – Monte Hored – 02/15’, indicando el numero de excavación, el lugar y la fecha.
«Hemos pedido a gritos alguien que nos pueda ayudar. Que no nos regale, que nos preste un aparato que puédamos detectar huesos», reclama Mario. «De este lado -señala- encontramos dos cuerpos más. Estos cuerpos ya tenían raíces. La antropóloga (de PGR) decía que aquí no había nada porque los cuerpos ya había raíces, que no podía haber algo aquí y encontramos dos cuerpos».
Hace una pausa en su relato. «La mayoría de los cuerpos han estado vendados y amarrados de manos y amarrados de los pies». También han sido halladas algunas osamentas calcinadas. El lugar que muestra está lleno de espinos secos con puntas duras y largas. En el camino quedan marcados los lugares donde fueron encontrados 19 cuerpos.
La búsqueda de familiares ha sido todo, menos sencilla. Saben que son vigilados en los alrededores de los cerros y que difícilmente pueden ingresar sin protección. Dos hombres de edad conversan en el Cerro:
– (Antes) no se podía (ingresar) porque en ese tiempo estaba grueso. Allá en Los Lavaderos, se ponían, dicen, dos camionetas, no dejaban pasar a nadie.
– No es igual que uno sólo ande buscando a que, como ahorita, que venimos varios.
– Venimos 58 la vez pasada.
La mañana del viernes 13 de febrero, Norma Angélica Bruno Román, fue asesinada de varios disparos frente a sus hijos en el panteón Cristo Rey, mientras iba a un funeral. Norma participaba ocasionalmente en el grupo de búsqueda, pues su prima Ivett Melisa Flores Román también está desaparecida. A pesar de la fuerte presencia de Gendarmería y Policía Federal en la zona, los asesinos pudieron matarla sin gran contratiempo.
Los hallazgos de cuerpos han derivado en tres identificaciones de 45 cuerpos. La ultima, de Carlos Sánchez Fernández, desaparecido en Teloloapan el 2 de abril de 2014.
A contracorriente, Mario Vergara y los familiares de «Los Otros Desaparecidos» han tenido que continuar sus búsquedas. En su perfil de Facebook, continuamente publican sus avances.
«PGR como que trabaja y como que no trabaja», comenta Mario. «Siempre estamos peleando, ‘aquí, aquí escárbale’. de 45 ellos han encontrado tres cuerpos, nosotros 42. Pero nosotros buscamos con corazón, con ganas de querer encontrar algo. Ellos no tienen familiar perdido. La antropóloga (dice), ‘está descartada esta zona’, le digo ‘déjeme escarbar a mí’. A un metro encuentro el cuerpo. (Dice) ‘Tiene muchas raíces, aquí no puede haber nada’, siguen escarbando y (hallamos) dos cuerpos. Ellos tendrán toda la experiencia del mundo en sus clases. tendrán mucha experiencia, pero en el campo nosotros les ganamos en ese tipo. nosotros sabemos de tierra removida, de muchas cosas».
Febrero de 2015