-> Galería publicada en Expansion.Mx
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A una calle de la Vía Internacional, donde el muro fronterizo divide a México de los Estados Unidos un albergue pequeño recibe a homeless (personas sin techo) y migrantes deportados. La Casa del Deportado Sagrado Corazón de Jesús destaca en la desolada calle Sánchez Ayala por un letrero y un mural. A unos pasos, se encuentra la calle Coahuila, uno de los puntos más sórdidos de Tijuana conocido por el comercio y explotación sexual. Las prohibiciones en San Diego son las oportunidades de este lado mexicano.
Perla Hernández es originaria de Jalisco y emigró desde 1990 a Mexicali, luego a Rosarito y luego a Tijuana, donde trabaja haciendo chequeos de presión. Estudió enfermería y trabajó en un establo, lavando platos y como enfermera. Alquiló una casa en este lugar donde recibe a los deportados desde 2010. Ella prefiere ser conocida como Perla del Mar.
Cuenta que en sus inicios, era buscada para contactar con coyotes (traficantes de personas), a lo que se negaba. De alguna manera logró mantenerse al margen. En estas calles abundan coyotes, pues es aquí donde llegan los deportados o los migrantes que buscan probar suerte. Desde 2012, abrió sus puertas a homeless (personas sin techo) y personas deportadas de los Estados Unidos.
Una escalera, botes de pintura y brochas fue el material necesario para intervenir un muro que no es agradable, pero sí muy “provocador”
Un bus, quelques photos et beaucoup d’espoir : chaque année, elles font le tour du Mexique ensemble pour retrouver leurs proches, partis chercher une vie meilleure aux États-Unis. Mais la route vers l’eldorado est aussi l’une des plus dangereuses au monde. Le Quatre Heures a suivi ces 37 femmes venues des pays voisins d’Amérique centrale pour marcher dans les pas de leur fils, fille ou mari disparu.
En colaboración con Numero F, portal que promueve el fotoperiodismo y difunde historias de la frontera norte mexicana, escribí este texto al finalizar la cobertura sobre la Caravana de Madres Centroamericanas.
Eres un turista mexicano y viajas en un autobús de pasajeros desde Tapachula, Chiapas. El autobús ha sido obligado a pasar por la aduana de Huixtla, donde te piden tus documentos y pasar tus pertenencias por un detector de rayos X, tipo aeropuerto. Tienes que presionar un botón. Si marca luz verde, pasas. Si sale roja, agentes migratorios te realizarán un cateo.
Un agente migratorio mira tu credencial de elector y te pregunta: nombre, dirección, código postal, fecha de nacimiento, y cuántas veces has ido a votar. Corrobora lo último con el sello marcado en la credencial.
Has salido de la aduana y abordas el autobús. El cuerpo se amodorra, te quedas dormido, una luz directa a los ojos te saca del sueño. «Documentos por favor». Estás frente un retén militar. Un soldado te pregunta nombre, dirección, cuántas veces has ido a votar.
Se van los soldados. Vuelves a dormir y una hora más adelante un agente del Instituto Nacional de Migración, cual Border Patrol, te patea el pie para despertarte. «Sus documentos», te dice sin identificarse. Otra vez, nombre, edad, cuántas veces has votado, de dónde vienes, a dónde vas. Lámpara a los ojos y no respondas mal.
Finalmente has pasado los retenes y continúas tu camino tras ya cinco revisiones. Al final, eres un turista mexicano. ¿Qué pasa cuando no lo eres?
Este tipo de revisiones son rutina diaria de soldados y agentes migratorios en la vía carretera en las cercanías de las vías férreas. La cacería de los migrantes centroamericanos en autobuses, para su deportación a sus países de origen son parte de la política migratoria endurecida por el Programa Frontera Sur .
Si bien ya existían controles migratorios (y denuncias de abusos) el programa, firmado por Enrique Peña Nieto y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 8 de julio de 2014 busca una salida al abordaje de migrantes al tren de carga, bautizado como “La Bestia”. El programa partió con tres objetivos.
A) Evitar que los migrantes pongan en riesgo su integridad al usar un tren que es de carga y no de pasajeros.
B) Desarrollar estrategias puntuales que garanticen la seguridad y la protección de los migrantes.
C) Combatir y erradicar a los grupos criminales que vulneran sus derechos.
En los hechos, por las vías férreas los operativos policiacos y militares han incrementado para evitar que los migrantes centroamericanos aborden La Bestia. Estos operativos se han realizado con violencia. En Apizaco, Tlaxcala, las barras de concreto colocadas en las laterales ya han cobrado vidas como la de Arlem Nahum Zepeda Martínez. En Juchitán, Oaxaca, los cuerpos de migrantes no identificados son abandonados en una fosa común afuera del panteón municipal donde se tira la basura.
Los migrantes continúan siendo obligados a pagar una extorsión, y sigue habiendo testimonios de secuestro (11 mil en 2013 según la CNDH) y de migrantes tirados a las vías al no pagarla. Además de las fosas clandestinas encontradas en Cadereyta y San Fernando, se desconoce el número real de migrantes desaparecidos de manera forzada.
Sin embargo mientras no tengan garantía de un tránsito libre, continuarán subiendo al tren, arriesgando su vida.
-> publicado en En la ruta migratoria: «Documentos, por favor» en NumeroF.
El muro de acero transforma las ciudades fronterizas en zonas donde se truncan familias, amistades, sueños y aspiraciones.
Nosotros nos subimos al autobús en Ciudad del Carmen pardeando la tarde. En la laguna de Términos se hundía el sol entre las nubes volviéndolas jirones de lana. El camino sería largo y los vendedores trepaban sin mucho trámite a ofrecer mango con chile, refrescos y jugos. Tardó en salir el camión (después entenderíamos por qué) y para cuando recorrimos las primeras cuadras por la ciudad, las sombras se apoderaban de las esquinas y el horizonte se perdía en las farolas que se fueron encendiendo. Aunque nos extrañó que no tomara de inmediato la avenida por la que se sale del puerto hacia el larguísimo puente que conecta con tierra firme, de plano nos desconcertó que comenzara a penetrar un barrio de calles angostas y diagonales cercanas al agua de la laguna, algunas de ellas anegadas por el desnivel de la ciudad y la ausencia de drenajes. (…)
Ramón Vera Herrera, La Cacería
Ojarasca, La Jornada. Número 203, marzo de 2014
Tres imágenes correspondientes a la serie «Frontera Sur», fueron acreedoras a la selección final en el 19 Concurso latinoamericano de fotografía documental «Los Trabajos y los Días», 2013 para la categoría «Trabajadores Migrantes». Este concurso es organizado por la Escuela Nacional Sindical en Colombia.
La primera exposición es en los módulos del Museo en la Calle en el Pasaje Junín en Medellín. Va desde el mes de mayo hasta agosto. Cada categoría será impresa y expuesta como una muestra independiente que itinerará por diferentes espacios de la ciudad anfitriona, aún por confirmar. Se estará informando de la ruta que siga cada exposición. La exposición matriz y permanente del concurso estará disponible en la pagina web de la ens (www.ens.org.co) a partir del 1º de junio de 2013.
Cobertura de la caravana «Liberando la Esperanza» de madres centroamericanas en búsqueda de sus hijos en México.
El Naranjo, Tenosique, Villahermosa, Amatlán de los Reyes, Tampico, Reynosa, Escobedo, Guadalupe, Saltillo, San Luis Potosi, Irapuato, Tequisquiapan, Apizaco, Tlaxcala y México, D.F.