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Periodistas

#losqueremosvivos

A través de la liga #losqueremosvivos, se expande una voz en demanda de la liberación de los cuatro periodistas en Durango, rehenes de un grupo delincuencial. El hecho sucedió en Gómez Palacio, justo después de que la PGR responsabilizara a autoridades del Centro de Readaptación Social de Durango de permitir la salida de internos para realizar asesinatos. Los últimos, una matanza de 17 personas en una fiesta en Torreón, Coahuila.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos solicitó en un comunicado «investigar esas agresiones, para que la autoridad judicial imponga a los responsables las sanciones que las leyes prevén».

Añade que «El aumento de atentados contra el gremio periodístico ha ocasionado el hostigamiento directo contra las víctimas y el amedrentamiento, con lo que se afecta el derecho de la sociedad a la información».

Sin embargo, el actuar de la CNDH no fue bien recibido por algunos medios. En particular, Ciro Gómez Leyva cuestionó a la CNDH: «¿No habrá pensado que si los secuestros se dieron 24 horas antes, los medios en donde trabajan los periodistas estarían perfectamente al tanto, y quizá en proceso de negociación? ¿No habrá pasado por su cabeza que no sólo los medios afectados, sino prácticamente la totalidad de los medios nacionales habían optado por unas horas de silencio solidario?»

Lo cierto es que las estadísticas resultan ociosas si la sociedad no comprende el papel del periodismo para la sociedad.

De experiencias como ésta ya han aprendido los periodistas en Colombia, donde el conteo de bajas en el ejercicio los llevó a unirse y tomar medidas en común. Una de ellas, escribe Verónica Díaz en CNN México, fue la publicación de páginas en blanco evidenciando la ausencia del comunicador. Otra importante, escribe Ricardo Ramírez para Article XIX, es disminuir la sensación de desconfianza mutua… es decir, evitar el pensamiento anticipado «quién sabe en qué habrá estado metido”.

Los queremos vivos