El lunes 9 de julio fue cerrado el albergue «San Juan Diego Cuauhtlatoatzin» de Lechería, Estado de México, cuando las tensiones entre vecinos locales y los migrantes que llegaban a hacer una pausa en el camino rumbo a Estados Unidos culminaron en una gresca.
Mientras tanto, el mobiliario del refugio es subido a camiones y algunos migrantes dispersos deambulan por las calles «charoleando» o solicitando alimentos y algunos se concentran en las cercanías de Tultitlán, mientras son vigilados por empleados de seguridad ferroviaria para evitar que asciendan al tren, el cual alcanza velocidades de 90 kilómetros por hora tras su arranque.
La zona de Lechería ya contaba con antecedentes de confrontación y violencia.
En julio de 2010, presuntos policías federales irrumpieron en el lugar y detuvieron a una veintena de migrantes con violencia. No obstante, la reacción de los vecinos obligó a que fueran liberados de inmediato.
El 30 de enero de 2011, un guatemalteco comentó a Guadalupe Calzada, entonces directora del refugio, que había sido avisado de que el lugar sería arrasado en un plazo de tres días. Poco después fue detenido un hombre que merodeaba el lugar e insultaba a Guadalupe.
El 8 de agosto de 2011, Julio Cardona, indígena mam de origen guatemalteco, fue asesinado a pedradas en las inmediaciones de las vías del tren. De este hecho fueron señalados policías municipales como partícupes, pues horas antes de haber sido lapidado, había sido detenido y subido a una patrulla. Cardona había llegado con la Caravana Paso a Paso por la Paz.
Días después, argumentando problemas de inseguridad e insalubridad, los vecinos comenzaron a organizar intentos de cierre que llegaron a confrontaciones y amenazas, incluso de quemar el lugar. Éstas subieron de tono durante los meses siguientes. El 13 de octubre, apareció el cuerpo sin vida de María Marisol Ortiz Hernández, hondureña, quien había sido detenida días antes en Querétaro al intentar vender a su hijo. Dias después, al parecer resultado de una riña, fue asesinado Carlos Humberto Díaz Escobar, quien junto con Julio Cardona, había llegado en la caravana.
A pesar de haberse presentado propuestas para la reubicación y adecuación del albergue, que permitiera el flujo migratorio en condiciones dignas, una confrontación el 7 de julio dio pie al apresurado cierre. En la fachada, donde antes había un letrero que anunciaba el lugar, se encuentra una capa de pintura blanca y cartulinas donde se lee: «Amigo migrante, sigue tu camino, gracias».